Una de las leyendas más bonitas que hay por estas tierras es la del mito de Pyrenes, o la creación de los Pirineos por Hércules.

Dentro de la mitología pirenaica, Hércules era un hombre afamado por su fuerza física, y su cólera. Uno de los “12 trabajos”, que tuvo que hacer para domesticar su furia, fue venir a Iberia.
Aquí reinaba Túbal, un nieto de Noé, que tenía una hija llamada Pyrene. Hércules, obviamente, se enamoró de ella. Parece ser que su padre, el rey, no aceptaba estos amoríos y nuestra heroína tuvo que huir de su casa. Al no encontrarla, el rey mandó quemar los montes, y Pyrene no pudiendo huir, pereció en el incendio. Hércules entristecido y lloroso, subió el cadáver de Pyrene a un cerro, y estuvo amontonando piedras hasta que le dio sepultura. Y este suceso dio nombre a estos montes llamados Pirineos.

 

El motivo principal está en esta colcha, diseñada con la interpretación de un capitel románico del siglo XI, de la Iglesia de San Miguel en Orna (Huesca).

 

Tenemos también el Kimono que representa a Hércules.

 

Este detalle se inspira en el ajedrezado jaqués, también de la época.

Y luego está el nido de amor representado a través del somier los cojines, la alfombra y los protectores.

Estos acolchaditos son una recreación de los protectores infantiles que utiliza el traje tradicional ansotano. También están colgados de la cama, como hemos visto antes.

Invitamos a jugar a los visitantes, preguntando ¿DONDE ESTA PYRENE?, proponiendo la búsqueda de huellas en las bolsitas que están colgadas en la exposición.